sábado, 15 de septiembre de 2007

Un diálogo con Margarita Cedeño de Fernández



Tomado de LD, Revisado por G. Reyes


SANTO DOMINGO.- Tras la serenidad de un rostro sutilmente maquillado, hay una mujer sumamente inteligente con un extraordinario bagaje adquirido por el estudio y las vivencias. Es la primera dama Margarita Cedeño de Fernández, quien, pese a la suave sonrisa, el gesto amable y su sensibilidad por las causas de los enfermos y los marginados, posee una recia y exigente personalidad. Asume además una frase que alguien pronunciara: ser una primera dama moderna y humana.
Quien la escucha con detenimiento no puede circunscribirla a su papel como media naranja del Jefe de Estado. Es que por su dominio de los temas políticos, sus conocimientos de las vicisitudes que atraviesan los dominicanos en extrema pobreza, -por quienes se preocupa y ocupa a través de su prolífica labor en el Despacho de la Primera Dama-, y la forma en que se involucra en áreas muy diversas para impulsar el desarrollo ciudadano, muchos vislumbran que pudiera aspirar y alcanzar en un futuro la Primera Magistratura.
Invitada a La Hora del Té en el Salón de Actos Arturo J. Pellerano Alfau, en LISTÍN DIARIO, Margarita Cedeño expuso ideas, emitió opiniones y, cada vez que la oportunidad se presentaba, manifestó su admiración por su cónyuge, el presidente Leonel Fernández, mientras dialogaba con sus anfitrionas: Rosanna Rivera-Caminero, directora de Revistas y Comunicaciones; María Isabel Soldevila, jefa de Redacción; Magnolia Kasse, editora de Las Sociales; Carmenchu Brusíloff, editora de Aldaba; y Lourdes Rodríguez, encargada de Relaciones Públicas.
Acompañada de Ana Valdes, coordinadora de comunicaciones y gestión de personal; Altagracia Suriel, coordinadora de proyectos y Progresando; y Laura Encarnación, directora de educación y desarrollo de centros tecnológicos comunitarios. La Primera Dama escuchó con interés las preguntas y a todas dio respuesta, aun a aquellas que hubiera preferido omitir. De esta manera transcurrió el interrogatorio, unas veces entre risas y por ocasiones con sus ojos ennublecidos por el llanto, develando ante los presentes a una mujer plena de nobles sentimientos y un incondicional amor hacia su prójimo.
“Ciencia o arte” es la política en sus palabrasEl reloj parecía no marcar las horas, pues sin pausa pero sin prisa, la invitada especial a La Hora del Té, con su agradable sonrisa y trato gentil conversó sobre diversos tópicos mientras se desarrolló la entrevista.-Siendo usted estudiante de derecho en la UASD, nunca se involucró en actividades de agitación estudiantil, y siempre se mantenía en actitud serena, asistiendo a cursos, estudiando. ¿Por qué? -Me mantuve en la parte académica dando apoyo, más moral, a las luchas que había que llevar a cabo.De mi mascota (cuaderno) era que (compañeros tal vez ausentes por estar en movilizaciones) estudiaban. Las fotocopias con mis letras andan por ahí. -¿Ha cambiado desde entonces la situación de la mujer en República Dominicana? -Sí, mucho. En la última década hemos alcanzado grandes logros.Muchos de ellos en el cuatrienio del Presidente Fernández, donde se aprobaron leyes que son importantes para el desarrollo económico y social de la mujer. Por ejemplo, la distribución de tierras, donde la mujer puede ser copropietaria o propietaria misma en la distribución.También en el aspecto político, la ley de cuota-parte, para la participación política de la mujer en cuanto a candidaturas... -Sobre esta última no se ha cumplido mucho. -Tiene que haber más mujeres involucradas en la actividad. Una cosa no necesariamente garantiza la otra, pero sí la promueve y la viabiliza; esa es la exhortación. Realmente, necesitamos hacer una buena representación.